Mi vuelta al ajedrez tras veinte años alejado de la competición ha sido
muy ajetreada, he jugado gran cantidad de torneos en poco tiempo, con escasa
preparación y con total desconocimiento del repertorio de mis adversarios.
Necesitaba volver a tomar el
pulso a la competición, aún así, los resultados han sido positivos, y, en los torneos más duros, como el Absoluto, el
Andaluz, o el sub 2350 celebrado recientemente en Jaén, mi puntuación ha sido
del 50%. Sin embargo, en estos torneos había dejado escapar posiciones ganadoras,
con el efecto desmoralizante que eso conlleva.
En consecuencia, en esta XXV
edición de la Copa Diputación, decidí jugar mucho más relajado, sin mirar el
ELO de mis adversarios, ni el color de las piezas que conducen.
Ajedrez puro y duro, torneo
durísimo dónde sólo perdí con el campeón, Sebastián Almagro, en una partida en
la que aún podía ofrecer resistencia, como vimos en los comentarios post
partida.
Entablé un final ganado con
Juan Carlos Sánchez, esa era mi impresión durante la partida, y Houdini me lo
ha confirmado, sin embargo Houdini hubiera perdido esa partida, simplemente,
¡se hubiera derretido!
Teniendo en cuenta el calor,
el cansancio acumulado, el poco tiempo del que disponía… tablas contra Juan
Carlos Sánchez, con negras, siempre es un buen resultado.
Necesitaba un torneo así
para superar la prueba del algodón, necesitaba un torneo así para sentir que he
vuelto.
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