En esta ocasión les ofrezco mi publicación más reciente, para el boletín número 10 de: SABIOTE NAZARENO.
A veces me pregunto cuánto vale tu muerte.
¿Unos instantes de emoción mientras sales de
Santa María
y tu sereno rostro ilumina la fría madrugá sabioteña?
¿Un momento de comunión de almas?
¿Unos días de asueto?
¿Salvar la pobre temporada del patético sector
que en tu muerte encuentra la salvación a su negocio,
que no a su yermo corazón?
Y cada año, ajeno al vanidoso circo que te rodea,
pones dignidad en la humana marea que te sigue,
como en tu primer Calvario.
Poco o nada hemos cambiado,
incrédulos, bufones, borrachos, fanfarrones, algún cirineo, alguna Verónica
y la esperanza de que esta vez
la condición humana sea menos condición
y más humana
y el
espíritu Nazareno impregne nuestras tristes vidas
y acabe con el becerro de oro que jamás
hemos dejado de adorar.
A veces me pregunto cuánto vale tu muerte
en este mundo sin alma al que tú te empeñas en salvar.
Y no dudas en entregar tu vida, una vez más.
Las veces que hagan falta, pues conoces nuestras debilidades,
nuestra cobardía, nuestra discapacidad.
Ya lo anunciaste:
Como Pedro, te negaremos tres veces,
cantará el gallo, volveremos a llorar.
Como Tomás, creeremos si vemos tus heridas.
Como Judas, te venderemos por unas monedas,
unas tarjetas black, unos sobres, unas comisiones, qué más da.
Como siempre, volverás a ser auténtico, humilde, digno en la fría madrugá.
Solo los desheredados
eternamente te amarán.
Francisco González
García.
No hay comentarios:
Publicar un comentario