Carta a Mariola

sábado, 23 de junio de 2012

EL FAMOSO ARTÍCULO DE FISCHER (y 2)


Es problema de larga data
Ya para 1953, cuando yo empezaba a tomar en serio el ajedrez, todo el mundo hablaba de la manera injusta en que se escogían los rivales de Botvinnik y se acusaba a los rusos de "arreglar los torneos para mantener el campeonato mundial en manos soviéticas". Por ejemplo, después del torneo de Candidatos de 1953, la revistaChess Review dijo: "Ha habido colusión innegable entre los rusos para anular la oposición occidental." En apoyo de su acusación la revista señalaba que nadie podía evitar la victoria de uno de los candidatos rusos si en un momento crítico del torneo los demás candidatos soviéticos entregaran sus partidas al que mayores posibilidades de victoria tuviera, o, estando los jugadores rusos con ventaja, podían asegurar la victoria declarando tablas todas las partidas que jugaran entre sí. El New York Times dijo en un editorial que el sistema empleado para escoger al aspirante al título mundial se presta "a posible colusión entre los soviéticos, con el fin de asegurar la victoria de uno de ellos sobre un rival de otro país."
Esto se decía hace nueve años cuando yo tenía apenas 10, así que no se me puede acusar de estar movido por la envidia. Desde entonces los rusos han perfeccionado más y más el método para mantener su dominio del ajedrez. En Curaçao participaron cinco rusos, de un total de ocho aspirantes. Pero el ex campeón mundial Mijail Tal, quien convalecía de una operación de los riñones, enfermó y tuvo que retirarse del torneo, por lo que no participó en las maniobras del equipo soviético. Cuando a los otros cuatro rusos les tocaba jugar entre sí, se iban a nadar por las tardes, se presentaban a la hora indicada, hacían unas cuantas jugadas rápidas, cambiaban algunas piezas y entonces uno de ellos ofrecía tablas. "¿Nichie?", preguntaba. "Nichie", contestaba el otro. Firmaban sus planillas respectivas, con las jugadas debidamente anotadas y las entregaban al árbitro. Luego se iban muy campantes a cenar o volvían a la piscina. Los demás jugábamos cuatro partidas por semana y dedicábamos otros dos días a terminar las suspendidas. Yo jugué todos los días señalados en el horario del torneo, es decir, prácticamente seis días por semana. Pero cuando los rusos acordaban declarar tablas lo hacían después de pocas jugadas, mucho antes de la hora fijada para la suspensión de las partidas. Como resultado, jugaban sólo cuatro días por semana. Y cuando jugaban todos entre sí y declaraban tablas las partidas, en realidad lo hacían sólo dos veces.
Geller y Petrosian declararon tablas en su primera partida después de 21 jugadas. Jugaron otra vez en la décima ronda e hicieron tablas en 18. En su siguiente partida hicieron tablas en 16 y en la última, en 18.
Keres y Petrosian declararon tablas en 17 jugadas en su primera partida. En sus otras partidas, también hicieron tablas en 21, 22 y 14 jugadas. En esta última partida se les fue la mano, pues Petrosian pudo haber ganado.
Según se observa en el diagrama, el rey de Keres (blancas) está en posción vulnerable y es patente la debilidad de sus piezas en el flanco de dama. Pero a pesar de la superioridad de la posición de Petrosian (negras), declararon tablas.

Cómo triunfó el ganador
También se sucedieron las tablas entre Geller y Keres. En sus cuatro partidas hicieron tablas en 27, 17, 22 y 15 jugadas.
La actuación de Viktor Korchnoi fue menos clara. En la primera mitad del torneo él también hizo tablas con sus compatriotas. Entonces tuvimos un descanso de cinco días y todos visitamos la isla de San Martín. Los cuatro rusos, a esa altura del torneo, estaban prácticamente empatados en el primer puesto y se pronosticaba que al reanudarse el juego uno de ellos empezaría a perder, para entregarle así puntos a los otros. No conocemos los detalles de lo que hablaron y acordaron los rusos en San Martín, pero el hecho es que al reanudarse el torneo Korchnoi perdió tres partidas seguidas, con Geller, Petrosian y Keres. En la vuelta final hizo tablas rápidas con Geller y Keres, y perdió otra vez con Petrosian. Este último, como se sabe, ganó el torneo. Cada persona puede interpretar estos hechos como quiera, pero en todo caso demuestran la ventaja de que gozaba el equipo soviético sobre los jugadores de los países occidentales.
En algunas ocasiones, después de las tablas amañadas, los rusos se quedaban en el salón y en viva voz analizaban y comentaban las partidas mías. Es una violación flagrante del reglamento discutir las jugadas de una partida en marcha, hablar con un jugador, o aun hablar en alta voz con quien sea. He estudiado suficiente ruso  como para leer los libros sobre ajedrez en ese idioma, así que pude entender fácilmente lo que decían. Comentaban que tal jugada era buena o mala, y cosas por el estilo. Aunque a veces los consejos que se daban eran malos, el proceder de los rusos no dejaba de molestarme. Me irritaba esta descarada violación del reglamento y protesté, pero sin obtener satisfacción. Siguieron las molestias hasta que llegó un momento en que los soviéticos tenían tanta ventaja que ya no les hacía falta hostigar a sus rivales.
Alguien me preguntó hace poco: "¿Qué conclusiones sacó del torneo?" Contesté: "Que no volveré a participar." Para un jugador de occidente es una pérdida de tiempo. El sistema actual para escoger al retador del campeón perjudica al ajedrez y a los jugadores, y rebaja de categoría al título mundial. El público ha dejado de interesarse en un título logrado de esa manera. Acaso los jugadores también dejen de interesarse. Para mí, la falta de interés es permanente.

NOTA: Después de escrito este artículo la Federación Internacional de Ajedrez aprobó ciertos cambios en el reglamento que pueden limitar las maniobras de que se queja Fischer. En adelante los candidatos se enfrentarán en series de partidas eliminatorias en vez del torneo, hasta llegar a una final en la que dos de ellos se disputarán el derecho de retar al campeón mundial. La Federación estableció, además, la regla de que no puede haber tablas hasta después de 30 jugadas.
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Fuente: http://blog.antoniogude.com/

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